- LUNA CRECIENTE (FASE FOLICULAR)
Cuando la luna está en cuarto creciente , el cuerpo incrementa los niveles de serotonina. Es una etapa en que el cuerpo posee mucha energía y creatividad. Se asocia con la fase folicular, ya que es una fase en que se prepara para la madurez del óvulo que promueve la concentración mental y la apertura a nuevas cosas. Se trata de una fase para aprovechar la lucidez de la serotonina para regular el estado de ánimo, iniciar nuevos proyectos tanto a nivel personal como laboral.
- LUNA LLENA (FASE OVULATORIA)
La luna llena, influye en los niveles de dopamina, neurotransmisor ligado al placer. Durante esta fase, podemos experimentar más placer y excitación. Tenemos más disposición social y tendemos a sentirnos capaces de hacer todo al mismo tiempo. No por nada nos sorprende que durante esta “ventana de la fertilidad”, estemos buscando actividades más placenteras con fines reproductivos
- LUNA MENGUANTE (FASE LÚTEA)
Durante el cuarto menguante, los niveles de noradrenalina suben causando un estado defensivo que queremos proteger de manera intrínseca. Se trata de una época de mucho análisis, reflexión y cuidado. Casi, casi procuramos evitar gastar energía de más para superar la vulnerabilidad de la fase de la ovulación. Es una etapa que se asocia con la fase lútea del ciclo menstrual.
- LUNA NUEVA (FASE MENSTRUAL)
En la luna nueva aumenta los niveles de acetilcolina, las emociones se vuelven más intensas y tendemos a querer estar más solas y en casa. Somos más receptivas a lo emocional, estamos más atentas a nuestra intuición, es un momento de amor propio e introspección. Es una etapa se relaciona con las emociones y sensaciones. Es la finalización de un ciclo, de evaluar que sucedió durante el mes, que está en coherencia con lo que deseo y que debo ajustar o cambiar para el nuevo ciclo.