1. Alimentación equilibrada: Prioriza una dieta rica en alimentos integrales, como frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras. Evita el exceso de azúcares refinados y grasas saturadas.
2. Ejercicio regular: Mantener una rutina de actividad física puede ayudar a regular las hormonas y reducir el estrés.
3. Descanso adecuado: Duerme lo suficiente para permitir que tus hormonas se regulen adecuadamente durante la noche.
4. Manejo del estrés: Practica técnicas de relajación, como la meditación, el yoga o la respiración profunda, para reducir el impacto del estrés en tus hormonas.
5. Evitar toxinas ambientales: Reduce la exposición a productos químicos y contaminantes que puedan afectar el equilibrio hormonal, como pesticidas o productos de limpieza agresivos.